¿Por qué miente el Gobierno con la luz?

El ministro Álvaro Nadal dice que la culpa del elevadísimo precio de la luz es culpa del mercado internacional y de la ola de frío. Hay una parte de razón. La demanda aprieta mucho y la oferta (¿no teníamos exceso de potencia instalada?) se comprime porque al parecer estamos exportando a Francia, donde hay un parón por revisión de seguridad en muchas centrales nucleares. Bien, esto se admite, pero que insista en que en España se paga por la luz menos que en Francia, Italia y Bélgica, y a veces más y otras menos que en Alemania y Holanda, no, no y no. Aquí contradice los números de Eurostat que afirman que España tiene la cuarta energía más cara de Europa. El sabrá porque lo hace, pero no le ayuda nada en absoluto en ganar credibilidad entre el público. Tras su comparecencia de ayer, quedó claro que el Gobierno no va a hacer nada, “porque ya estamos haciendo todo lo posible”. Y aquí también falta a la verdad, como veremos enseguida.

Con todo, fue Mariano Rajoy quien se llevó la palma con sus declaraciones en Onda Cero, invocando al dios de la lluvia para aumentar la producción de energía hidráulica y así bajar los precios, asegurando al conductor del programa con cierta vehemencia, “lloverá, le digo que lloverá”. Como hace años cuando hablaba de unos “simples hilillos de plastilina”, ante el drama del chapapote en Galicia, ahora repite en su falta a la verdad. En primer lugar, porque aunque los embalses estén a tope, si el último megawatio que se lanza a la red es producido con gas, este será el precio que va a contar a la hora de la subasta en el tramo mayorista e influirá en el precio que pagamos.  Y, ¿eso no podría cambiar? El Gobierno dice que no (?). Y, en segundo lugar, porque los meteorólogos no parecen darle la razón ya que apuntan a una semana en la que prevalecerá un régimen anticiclónico.

Aquí parece, en definitiva, que la cuestión es salir del paso y a ver quién la dice más gorda. Se supone que la gente traga… y aquí paz y después gloria. Y ¿por qué miente el Gobierno? Simplemente, porque no está dispuesto a romper un statu quo del que dependen muchas cosas, además de la luz, ni a enfrentarse al poderoso lobby eléctrico, en cuyas empresas, por cierto,  acaban recalando muchos de los componentes de los distintos gobiernos. Quizás no esté de más recordar que entre 2010 y 2015, las eléctricas han ganado más de 40.000 millones de euros…

No debe olvidarse tampoco que de lo que pagamos en la factura eléctrica, solo un 44% son costes propios del sistema, un 29% generación y un 15% distribución y transporte. El resto es un cajón de sastre de ítems que están relacionados directa o indirectamente con el sistema eléctrico, como por ejemplo, las primas a las energías renovables, los costes de la Comisión Nacional de la Energía –ahora CNMC (Comisión Nacional de Mercados y de la Competencia),  los costes extra-peninsulares, las ayudas al carbón… Se puede argumentar que muchos de ellos si no se pagaran en la tarifa se pagarían a través de los presupuestos. Es decir, lo pagaremos por uno u otro lado, pero si no son directos, parecería más lógico hacerlo por la segunda vía.

Y quedan los impuestos. Uno, el de la electricidad que supone alrededor del 5% de la factura. Este impuesto forma parte del grupo de impuestos especiales (como el alcohol y el tabaco), actúa en términos de consumo y de potencia instalada. Pues bien, sobre el mismo y el resto de ítems pagamos un IVA del 21%. Sí, pagamos IVA sobre un impuesto… Por cierto, que el IVA de la electricidad en España, es tres puntos superior a la media de una muestra de 21 países de la UE, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

A la vista de todo ellos juzgad vosotros mismos si el Gobierno tiene o no métodos para hacer una rebaja en la factura de la luz…