Camino de la normalización: las pymes mejoran su estructura financiera y contratan más personal

 

Esta semana se hicieron públicos dos informes interesantes relativos a las pequeñas empresas. Uno de Pimec sobre la estructura y balances de las pymes entre 2000 i 2015 y otro, el boletín trimestral de empleo en las pymes, de Randstad-Cepyme. En ambos hay un punto común aunque correspondan a períodos diferentes: las pymes aumentan el ritmo de velocidad en su salida del túnel, mejoran su situación financiera, reducen sus plazos de cobro y contratan más personal.

Aunque más allá de los informes, los dirigentes de las patronales insistan en que no todas están en situación de mejora, por las cifras puede colegirse que las medias sí lo están, aunque como siempre, hay que andarse con cuidado, ya que la dispersión alrededor de las mismas existe. Pero sería mentir si no se dijera que la situación general no ha mejorado. Y ello lo demuestra claramente la mayor propensión a contratar personal de que hacen gala.

Por lo que respecta al informe de la Pimec, me ceñiré a exponer sus conclusiones, suficientemente explícitas, por otra parte.

– Las pymes de los cuatro sectores (primario, industria, construcción y servicios) sufrieron caídas de las ventas durante la crisis y también de resultados. El sector industrial es el único que en la etapa
de recuperación ha registrado cifras de ventas superiores a las del
periodo de expansión
. El resto todavía se encuentran por debajo, entre un 20 y un 30% de los valores del año 2000, siendo especialmente negativa la situación de la construcción.

Los balances de las pymes han aumentado de valor en todos los sectores a lo largo del periodo.

– Por partidas, en general desde el estallido de la crisis los deudores bajan de peso en el activo; también lo hacen las existencias de las pymes, a la vez que ganan peso las partidas de inmovilizado, invariablemente en los cuatro sectores.

– Todos los sectores ven reducir los plazos de cobro, excepto la
construcción, que es, por cierto, el sector donde se cobra peor.

– Se da una tendencia general a mejorar la estructura del pasivo de las
pymes en los cuatro sectores: el patrimonio neto presenta tendencias
claras hasta acercarse al 50%
en todos ellos.

Las ratios financieras más habituales (solvencia, liquidez, tesorería y
endeudamiento) presentan valores que indican fortaleza empresarial.
Las ratios mejoran de manera clara, desde el estallido de la crisis, en la
industria y en los servicios. En el sector primario, la evolución es más errática. En la construcción, la tendencia también es a mejorar del 2008 en adelante, aunque menos que en la industria y los servicios.

El fondo de maniobra, a pesar de presentar valores muy positivos en el periodo de recuperación (primario, 1,2; industria, 1,6; construcción, 1,5; y servicios 1,3), es un poco inferior al del periodo expansivo por el hecho de que el activo permanente ha crecido un poco por encima del pasivo permanente.

Los autores del estudio apuntan que este trabajo recoge los datos de balance y cuenta de explotación de las pymes catalanas en el periodo 2000-2015, distinguiendo los cuatro grandes sectores de la economía (primario, industria, construcción y servicios) y tres subperiodos: expansión (2000-2007), crisis (2008-2012) y recuperación (2013-2015).
Asimismo, apuntan que la base de información es Pimesdat, que recoge estados contables de pymes con una continuidad mínima de 2 años. Así, las empresas nuevas de 1 año o las que están un año y en el siguiente han cerrado, tampoco no son.

Por otro lado, según el análisis llevado a cabo por Randstad Research y Cepyme las pymes han vuelto a concentrar más del 71% del total de las afiliaciones registradas durante el segundo trimestre del año. Durante el segundo trimestre del año, las pymes han aportado el 2,19% al crecimiento trimestral del empleo. Sin duda este es el reflejo de la mejora que vemos en el informe anterior.

Las empresas de 10 a 49 empleados son las que más aportación han realizado al crecimiento trimestral, con un 0,87% durante el segundo trimestre de 2017. Respecto del mismo trimestre del año anterior, los afiliados de estas compañías han aumentado en más de 159.000. Los servicios ligados a la actividad turística (alojamiento, restauración y servicios recreativos) y al comercio son los que más han dinamizado el empleo en las pequeñas empresas.

A continuación, como segundo motor del crecimiento del empleo se sitúan las microempresas –empresas de 0 a 9 trabajadores-, con una contribución del 0,74%, motivada principalmente por el ascenso en los servicios de restauración, el comercio minorista y las actividades constructoras, que ha hecho posible que, respecto al segundo trimestre de 2016, la cifra de empleo que acogen estas estructuras empresariales se haya elevado en más de 60.000 trabajadores.

Por lo que respecta a las previsiones de crecimiento del empleo vienen impulsadas, en gran medida, por el buen comportamiento de las micropymes, donde se prevé un incremento de la afiliación del 3,1% para 2018. Tanto para la segunda mitad del año como para 2018, restauración, consultoría, informática y telecomunicaciones serán las actividades que más dinamicen el mercado laboral.

A continuación se sitúan las pequeñas empresas, donde la evolución se sitúa en el 2,1%. En este caso, la merma en el número de ofertas de empleo en construcción y servicios es la principal razón de la reducción del crecimiento en este tipo de empresas, que actualmente se sitúa en el 4,2%.

Es muy bueno –y absolutamente necesario- que las pequeñas empresas empiecen a carburar cada vez a mayor ritmo y en mayor número. Este es uno de los pasos que aún falta para acabar de entrar en la normalidad de la que ya nos hablan las estadísticas de las macromagnitudes.