Y tú, ¿quieres trabajar menos horas o más?

Unos quieren trabajar menos horas y otros trabajar más. Nunca llueve a gusto de todos. Resulta que en una economía como la española en plena recuperación, creciendo en los aledaños del 3%, un 4% de trabajadores preferirían trabajar menos horas, a cambio de un menor salario, mientras un 11% quisieran trabajar más horas de las que realizan. Entre los primeros se hallan con toda seguridad trabajadores que están bien en su empleo y se sienten seguros en el mismo. El hecho de que su número crezca sobre el año pasado es un síntoma de que la economía va bien y aumenta la percepción en los empleados, que aumentan sus deseos de realización en otros menesteres. Entre los segundos, cabe pensar que en su gran mayoría son personas que trabajan a tiempo parcial obligado y quieren trabajar más horas para aumentar su remuneración. El hecho de que su número descienda por quinto año consecutivo también es un indicador de que las cosas van mejor. Pero ved el resumen del informe.

El estudio que Randstad ha presentado hoy revela que 727.100 trabajadores en España quieren reducir su jornada laboral, con la correspondiente disminución de sus ingresos. Esta cifra es un 6,4% más elevada que en 2017, cuando 683.100 ocupados deseaban trabajar menos horas. Se trata, además, de la cifra más elevada desde 2010, cuando los ocupados en esta situación superaban los 800.000. Para ello, Randstad ha tenido en cuenta la Encuesta de Población Activa (EPA), publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), desde el segundo trimestre de 2007 al mismo periodo de 2018.

Si se analiza la serie histórica, se observa que esta cifra superó el millón de ocupados en 2007 (1.475.800) y 2008 (1.135.700). A partir de este momento, se encadenaron cuatro años de descenso consecutivo hasta registrar la menor cifra de toda la década en 2012, con poco más de medio millón de trabajadores en esta situación (534.700). Desde ese año, el número de ocupados que deseaban trabajar menos horas ha crecido hasta los 727.000 ocupados actuales.

Randstad también analiza qué porcentaje representa este colectivo dentro del mercado laboral. La tasa de trabajadores que desean reducir su jornada sobre el total de empleados también crece en 2018, hasta alcanzar el 3,8%, convirtiéndose en la tasa más elevada de los últimos siete años. En 2007 se alcanzó la mayor tasa de toda la serie histórica (7,2%) y, a partir de este momento, se encadenaron siete años de descensos consecutivos hasta registrar la menor tasa de toda la década en 2014 (2,9%). Durante los siguientes ejercicios, este dato ha vuelto a crecer hasta alcanzar el 3,8% este año.

“El aumento del número de trabajadores que desean reducir su jornada laboral durante los últimos años viene motivado por la mejora de la situación económica. Los empleados buscan otros beneficios en sus empleos, al margen del salario, como aquellos que posibilitan un equilibrio entre su entorno laboral y personal. Por esta razón, en los últimos años, la búsqueda de factores como la conciliación o la flexibilidad han hecho que más profesionales estén dispuestos a reducir su jornada laboral, incluso a costa de una reducción de su salario”, explica Luis Pérez, director de Relaciones Institucionales de la consultora.

Las mujeres, más interesadas en reducir su jornada

Otro de los aspectos que se analiza es la influencia del sexo de los profesionales sobre el deseo de reducir la jornada laboral. Las empleadas son el perfil que registra mayor tasa de ocupados que desean reducir su jornada laboral, con un 4,1%. Es decir, cuatro de cada cien trabajadoras preferirían trabajar menos horas con una reducción proporcional de su salario. En el caso de los varones, esta tasa se sitúa en el 3,5%.  Respecto al año pasado, en las mujeres han aumentado esta tasa (+0,3 puntos porcentuales), mientras que en los hombres se mantiene el mismo nivel. Si se compara este dato con el de 2007, la tasa se ha reducido en ambos sexos, siendo este descenso más pronunciado en mujeres (-4,4 P.P.) que en hombres (-3 P.P.)

Los ocupados que desean trabajar más horas descienden por quinto año consecutivo

Cuando se analiza el lado opuesto, el de aquellos trabajadores que desean trabajar más horas, el estudio de Randstad revela que 2.177.700 ocupados estaría interesado, llevando consigo un incremento proporcional de su salario. A pesar de superar la barrera de los dos millones, esta cifra refleja un descenso por quinto año consecutivo.

En 2007 se registró la menor cifra de la serie, con 1.868.100 empleados que querían trabajar más horas. A partir de este momento, este dato creció durante seis ejercicios seguidos hasta alcanzar en 2013 la cifra más alta, que rozaba los tres millones de ocupados (2.996.800). Desde entonces, el número de trabajadores que desean trabajar más horas ha decrecido un 27,3%, hasta los 2,18 millones de 2018.

En relación a la tasa de ocupados que desean trabajar más horas respecto del total de empleados, la tendencia de los últimos años ha tenido un comportamiento similar. En 2007 esta tasa se situó en el 9,1%, experimentando un crecimiento continuado durante los seis años siguientes y alcanzando el 17,5% en 2013, la tasa más elevada. A partir de este punto, este dato descendió durante los cinco ejercicios consecutivos, registrando el 11,3% este año.

La conciliación, el segundo motivo más importante para trabajar en una empresa

Según el informe anual ‘Randstad Employer Brand Research 2018’, el equilibrio entre trabajo y vida personal consolida su importancia situándose, por segundo año consecutivo, como el segundo factor más importante, tras aumentar su importancia en diez puntos porcentuales en la anterior edición y mantenerse en el 55% este año. Es decir, el 55% de los empleados sitúan el equilibrio entre vida laboral y personal como el segundo motivo más importante para desarrollar su carrera en una u otra empresa, sólo superado por el salario.

Por último se destaca que la recuperación económica y la reactivación del mercado laboral en España modifican los motivos de los profesionales para elegir una compañía, otorgando más importancia a la conciliación y a la flexibilidad y restando peso a factores más vinculados a la seguridad laboral, como la estabilidad y la buena situación financiera de la empresa.

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¿Tú también quieres cambiar de puesto de trabajo?

No estamos bien en nuestro puesto de trabajo. Queremos cambiar. Se puede decir más alto pero no más claro. Randstad acaba de realizar un estudio para conocer las inquietudes de los profesionales tras las vacaciones estivales, a través de una encuesta a más de 2.000 trabajadores. El mismo revela que el 27,5% de los trabajadores españoles se plantea cambiar su empleo a la vuelta de sus vacaciones, más de 5,3 millones de ocupados.

A mi, la verdad, me parece mucha gente, pero denota algo que no siempre aparece en otro tipo de encuestas, como las del clima laboral, en las que habitualmente un gran porcentaje de encuestados dicen estar bien o muy bien en su puesto de trabajo. Esta nos dice lo contrario. O no. Puede que estén bien pero quieran estar mejor… pero eso ya es rizar el rizo. Que una cuarta parte de la población laboral esté por hacer las maletas… me parece cuando menos preocupante.

Los ocupados con un mayor nivel formativo son quienes tienen mayor intención de cambiar de trabajo a la vuelta de las vacaciones. En este sentido, el 36,7% de los trabajadores con estudios superiores asegura querer cambiar su puesto de trabajo después del periodo estival. De ellos, el 13,3% asegura que ya está buscando un nuevo puesto. Creo que es normal que sea la gente más formada la más inquieta. Como se apunta más adelante, el salario es la clave. ¡La gente quiere mejorar! Hemos pasado ya la etapa de la deflación competitiva, pero en muchos sectores y especialidades no se ha notado. Los salarios son la rémora de la crisis, el pago diferido por la misma que hace la sociedad. La parte que se llevan los salarios del PIB es menor que antes de la crisis… pero el PIB ya ha superado el de entonces…

Cuando el nivel de formación es menor, desciende también el número de trabajadores que quiere cambiar de empleo después de las vacaciones. Uno de cada cinco trabajadores (20,4%) con educación secundaria o inferior afirma querer cambiar de empleo, un porcentaje que se sitúa en el 27,1% en el caso de los profesionales con Bachillerato.

La encuesta muestra, además, que por rangos de edad los mayores de 45 años son los que más se plantean cambiar de empleo tras su reincorporación, ya que el 29,2% se lo está planteando. A este grupo les siguen los ocupados que tienen entre 25 y 45 años, de los cuales el 27,2% se plantean cambiar de empleo. Los menores de 25 años son los que menos intención tienen de cambiar su puesto tras las vacaciones, ya que en este colectivo el porcentaje se sitúa en el 25,9%. En este caso las diferencias por segmentos son pequeñas. Los jóvenes son los menos decididos, probablemente porque no ven una alternativa clara a su puesto actual, en términos de mejora salarial.

Por otro lado, el 43% de los trabajadores se iría a otra ciudad por un empleo. Randstad también se ha interesado por los trabajadores que están dispuestos a hacer las maletas y cambiar de ciudad por un nuevo puesto de trabajo. Según el mismo, cuatro de cada diez trabajadores (43%) estarían dispuestos a mudarse de localidad para acceder un nuevo empleo.

Acotando por edad, los jóvenes muestran más predisposición a mudarse por un nuevo puesto de trabajo. De esta manera, el 58,1% de los menores de 25 años asegura que está dispuesto a cambiar de ciudad para conseguir un nuevo puesto de trabajo al volver de las vacaciones. A ellos les siguen los ocupados que tienen entre 25 y 45 años, de los cuales el 43,6% está dispuesto y, por último, los mayores de 45 años, donde el porcentaje de empleados que se mudaría a otra ciudad se sitúa en el 33,8%. Aquí la diferencia por segmentos de edad es grande y es natural que los jóvenes, sin frenos familiares y con la ventaja de conocer más idiomas se muestren más decididos a dar el paso. Su marcha debería ser motivo de preocupación, ya que en ella se integra una fuga de talento que no sabemos si algún día va a volver…

En cuanto a los motivos, el factor principal por el que cambiarían de trabajo es una mejora en el salario (58,6%), seguido por la conciliación entre vida profesional y personal (47,1%).Otros motivos que valoran los ocupados son las oportunidades de promoción profesional (41,8%), o una mayor seguridad laboral (37,8%). Como apuntábamos el salario es la principal preocupación y esta es una asignatura pendiente que, desde hace meses, se viene hablando incluso desde la CEOE, pero es difícil la mejora en aquellos puestos en los que haya mucha gente dispuesta a disputarlos. En las especialidades más demandadas, el problema no solo no existe sino que hay que importar mano de obra preparada.

Por otra parte, los ocupados se muestran más reticentes a cambiar de trabajo si eso requiere cruzar la frontera y trabajar en otro país. Uno de cada tres ocupados (30,6%) reconoce que cambiaría de país para encontrar otro empleo al volver de sus vacaciones. Los menores de 25 años son los más dispuestos, ya que el 45,4% se iría para encontrar un nuevo puesto de trabajo después de las vacaciones si mejorase sus condiciones actuales. Les siguen los ocupados que tienen entre 25 y 45 años, con un 32,5%, mientras que el 18,8% de los trabajadores mayores de 45 años se mudaría de país.

En este caso se valora aún más el salario, ya que sería determinante para el 70,4% de los trabajadores. A continuación se sitúan las oportunidades de promoción profesional (51,9%), seguido muy de cerca por una mejor conciliación.

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